martes, 1 de septiembre de 2020

UN NUEVO REPARTO DE CARTAS

 Os dejo, con un poco de retraso, el artículo que me publican los amigos de 


"Argumentos Socialistas" en su revista.

                                                                                                                                                                                                                   

UN NUEVO REPARTO DE CARTAS

                  Joan Coscubiela

 

        

                          Ex dirigente sindical y diputado 

 

 

 

 

La reconstrucción económica debe centrarse principalmente en el desarrollo industrial (en un sentido amplio, que incluye desde el sector agroalimentario hasta los servicios a la producción y la Construcción en su dimensión industrial). Es cierto que existen obstáculos en contra, pero también hay algunos elementos a favor. En todo caso, no basta con acciones dispersas; es necesaria una cierta estrategia global, e incluso una cierta planificación estratégica

 

Afrontamos uno de los momentos más difíciles, por su complejidad, de la historia de la España democrática. A las grandes disrupciones que ya estaban en marcha, se suman ahora los impactos producidos por la crisis del coronavirus. 

La dinámica previa a la covid-19 ya apuntaba a que se está produciendo un nuevo reparto de cartas a nivel global, en el que de nuevo China –aunque mejor sería decir Asia– va a ocupar el lugar central que siempre ha jugado en la historia de la humanidad, salvo durante dos siglos. 

En este nuevo reparto de cartas, el imaginario croupier –que algunos identifican con ese mercado al que el neoliberalismo ha encumbrado como gran regulador de nuestras vidas– está recogiendo las fichas que repartió durante la etapa de capitalismo industrial y las distribuye de nuevo con otra lógica distinta, la del hipercapitalismo financiarizado. 

Nada garantiza –pero nos puede ayudar que hagamos bien las cosas– que las cartas que nos toquen sean buenas. Catalunya no va a ser la fábrica de España que consiguió ser durante el siglo XX, y España no será el destino de las inversiones del automóvil eléctrico que nos han situado como el segundo fabricante europeo. Pero nada nos impide hacer apuestas industriales que, para ser exitosas, deberán tener como eje la sostenibilidad y la digitalización. 

Por poner algún ejemplo, la reconversión de la Construcción en un sector más industrializado, que apueste por la rehabilitación y la reducción de impacto ambiental de la edificación; o el desarrollo de la industria biotecnológica, aprovechando que tenemos alguna empresa puntera con presencia global. Sin olvidar nuestro potencial en industria agroalimentaria. Por supuesto, al hablar de industria me refiero también a todo el sector de servicios cualificados a las empresas que en algunos ámbitos aportan mucho valor añadido. 

Esta opción de reforzamiento industrial no puede plantearse como confrontada a otros sectores económicos, como el Turismo, que han sido claves y pueden continuar siéndolo, si acertamos en su reconversión. Aunque deberíamos asumir una reducción del volumen de su oferta, de su peso económico y del empleo ocupado. La única opción de la que hemos de huir es la de la especialización territorial en monocultivos sectoriales –sea el sector que sea–, porque ya sabemos los riesgos y costes que ello comporta. 

El horizonte global en el que hemos de jugar esta partida está lleno de incertidumbres y vacío de certezas. Desconocemos si se va a acelerar o no el proceso de desglobalización, qué perfil adoptará la batalla geoestratégica entre dos imperios como EUA y China, cómo va a posicionarse la Unión Europea, y que papel jugará. Incluso hay dudas sobre cómo va a evolucionar la crisis de la democracia de los estados nación, y si seremos capaces de regular y gobernar el uso del “Biggest data” como un bien común o lo dejaremos en manos de un Ciberleviatán privado con un poder económico oligopolístico y un poder político incontrolado. 

Lo único que sabemos o deberíamos saber, es que no nos podemos quedar parados a la espera de que escampe. Necesitamos disponer de un proyecto de país que, para tener alguna posibilidad de éxito, precisa de un clima político favorable que ni está ni se le espera. La extrema derecha y la derecha extrema se han visto obligadas a retroceder tácticamente ante el fracaso de su estrategia para derribar al gobierno de coalición, pero permanecen agazapadas para organizar políticamente la rabia de la ciudadanía a la primera oportunidad que se le presente en otoño o invierno. 

                                                        El                                                                        Pxfuel

Eso obliga al gobierno a mimar la concertación social con las organizaciones sindicales y empresariales y a buscar la implicación de las CCAA –imprescindible en un estado compuesto y difícil, en un país donde el motor de la historia es el agravio comparativo–. Pero con estos mimbres hay que arar. 

Una de las claves –no la única– de este proyecto de futuro, es reforzar el peso industrial en nuestra economía. Sin tentaciones de revival nostálgico y siendo conscientes de nuestras limitaciones. No disponemos de empresas centrales de las que controlan productos y mercados y eso nos resta capacidad de decisión; los flujos inversores en la industria ya no se dirigen hacia España como a finales del siglo pasado, y más bien llevan la dirección contraria; el tamaño micro de nuestro tejido industrial no ayuda en un entorno de elevada competitividad; la inversión privada en innovación nunca ha sido nuestro fuerte, y la musculatura fiscal del estado no permite muchas florituras. 

A nuestro favor tenemos algunas cartas que deberíamos saber jugar. Formamos parte de un proyecto europeo que, a pesar de sus limitaciones, continúa teniendo un gran peso económico y ahora parece dispuesto a impulsar una reconstrucción con el eje de la sostenibilidad, la digitalización y la atención a las personas. España debe jugar un papel activo en ese proyecto y ponerse a “chupar rueda” de la UE, por convencimiento europeísta y también por instinto de supervivencia 

Disponemos de una mano de obra muy formada, mucho más de lo que nos reconocemos, aunque sufra las consecuencias de un tejido empresarial que no incentiva salarialmente la formación. Pero necesitamos reforzar la formación ligada a la empresa, y para ello tenemos un referente en Euskadi, aunque no todas las CCAA tienen el mismo entorno. 

Parece que se van a atenuar los incentivos perversos que comporta disponer de abundancia de sol y suelo. Lo que en algún momento ha podido ser visto como nuestro particular “oro negro” han terminado siendo nuestros “excrementos del diablo” en la medida que ha desincentivado la inversión en sectores industriales o de servicios de calidad, para canalizarlo hacia otros que requieren menos inversión y en el que los retornos han sido más jugosos. 

Todo apunta a que esa distorsión va a aminorar y habría que aprovechar la oportunidad para redimensionar la dirección de las inversiones. La reducción del peso económico de sectores como la construcción y el turismo van a liberar recursos inversores que hasta ahora iban a buscar elevadas rentabilidades fuera de la industria. Y las lecciones aprendidas del coronavirus van a promover un cierto proceso de reubicación industrial en Europa de determinados bienes básicos que deberíamos poder aprovechar en España. 

En los próximos años la presión del desempleo va a ser elevada, pero la evolución de la población activa, con menos incorporaciones en las cohortes jóvenes, reduce presión en un proceso en el que en cómputo global se perderán puestos de trabajo. 

Disponemos de más margen y capacidad de lo que en ocasiones creemos, y lo demuestra el hecho que durante la crisis financiera del 2008 y la gran recesión del 2011, España ganó capacidad exportadora y mantuvo su participación en los flujos exportadores a nivel mundial, con un protagonismo importante de la industria. 

Para salir bien parados necesitamos una cierta planificación estratégica, sabiendo que esto no funciona con planes quinquenales, pero tampoco dejándolo todo en manos del mercado. Como siempre en estos casos, las políticas transversales son muy importantes y en el papel las tenemos muy sobadas. Por eso me voy a limitar a citar algunas –pocas– que nunca han tenido demasiado protagonismo. 

Comenzando por los incentivos para aumentar el tamaño de nuestras empresas, con recursos públicos y regulaciones legales –por ejemplo, prohibiendo de nuevo los convenios de empresa “in peius” en relación al convenio sectorial, lo que promueve estrategias de dumping vía externalización productiva–. O priorizando los incentivos fiscales a empresas que acepten jugar un papel tractor de sectores o subsectores con estrategias de cooperación entre ellas. 

Aprovechando los procesos de digitalización que van a producirse en la etapa post-coronavirus, para promover el empleo en zonas pocos pobladas. Para lo que resulta imprescindible mejorar las infraestructuras tecnológicas de las comunicaciones, pero al mismo tiempo garantizar el acceso en condiciones de igualdad a derechos como la salud o la educación. 

Diseñar en el papel una estrategia económica de futuro, no es difícil –el papel lo aguanta todo–. Hacerla realidad es un poco más complejo, porque hay muchos obstáculos a salvar

En los próximos meses y años tendremos que hacer compatible medidas urgentes para salir del impacto del coronavirus y reformas a medio plazo, con lógicas que en ocasiones son contrapuestas, como se confirma en la reconversión del automóvil. 

La mayor dificultad son los costes de transición, como pudimos comprobar con la reconversión industrial de los años 80. Entonces aprendimos que estas transiciones son económicamente caras, duras personalmente, socialmente costosas y territorialmente difíciles. De nada sirve garantizar los ingresos de las personas que pierden prematuramente sus trabajos si no se puede ofrecer empleo para sus hijos ni futuro para su territorio. 

Para abordar este proceso con mínimas posibilidades de éxito, hay dos condiciones que son imprescindibles. Que exista un amplio acuerdo social de hacia dónde nos queremos dirigir como país y que en ese trayecto la Unión Europea nos acompañe y apoye amistosamente. 

No será fácil, nunca lo ha sido, tendremos que navegar en las procelosas aguas del desconcierto y la incertidumbre. No queda otra. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

miércoles, 1 de julio de 2020

NISSAN, HAY PARTIDO


Os deixo l'article que m'ha publicat el 30 de Juny del 2020 eldiario.es sobre Nissan. 

El conflicto de Nissan no es uno más. Entre otras cosas porque, de consumarse (está por ver) el cierre de las fábricas, podría comportar (en condicional) la pérdida de unos 20.000 puestos de trabajo. De salirse con la suya la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi (hipótesis), sería un peligroso precedente para otras empresas del sector. Además, para la Barcelona metropolitana supondría perder una buena baza en su apuesta por jugar un papel activo en la transición de la industria del automóvil hacia un modelo de movilidad más sostenible.
Nissan es en muchos aspectos el paradigma de nuestra evolución industrial. Una empresa que creció al calor del proteccionismo de Primo de Rivera, nacionalizada en 1954, y que acabó siendo utilizada por la corporación japonesa para introducirse en Europa –en unos años en que la dirección de las inversiones se dirigía hacia España. Una multinacional que, como otras, ha recibido importantes recursos públicos para quedarse en el país, con contrapartidas pero sin garantías.
El conflicto de Nissan expresa una de las debilidades de España en el marco de una economía globalizada, al no disponer de ningún resorte para incidir de manera directa en las decisiones estratégicas de las grandes corporaciones.
Una debilidad que fue a más con la Reforma Laboral del PP del 2012. Al derogarse la autorización administrativa previa en los casos de rescisión de contratos por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción, debilitó la posición negociadora de los sindicatos –ese fue uno de sus grandes objetivos. Además, con esta decisión el Estado español se autolesionó, al amputarse una parte de su soberanía política para intervenir en decisiones de fuerte impacto económico y en el empleo.
No era la primera vez que la derecha española, tan patriótica, lo hacía. Baste recordar como Aznar en 1996 aceleró un proceso de privatización –lo vistió de liberalización- de empresas estratégicas, algunas de las cuales han acabado siendo propiedad de empresas públicas de otros países europeos.
En todas estas operaciones, desde 1996 hasta el 2012, la derecha española contó con el apoyo del nacionalismo catalán, que es muy beligerante cuando se trata de plantear conflictos competenciales con el Estado español pero está siempre dispuesto a ceder sus competencias a los poderes económicos y a los mercados.
La derogación de la autorización previa del artículo 51 del Estatuto de los Trabajadores es un claro ejemplo del llamado "capitalismo del desastre" que aprovecha las grandes crisis para imponer reformas regresivas, que en condiciones normales serían inviables.
Todo apunta a que el conflicto de Nissan será largo y muy duro, entre otras cosas porque la edad media de la plantilla del fabricante y de las empresas de componentes convierte la pérdida de empleo en un riesgo de muerte laboral prematura. Las personas que trabajan en Nissan saben que ninguna indemnización les puede compensar la pérdida de su puesto de trabajo y de su nivel salarial, en el caso de que consigan otro.
Intuyo que la batalla será intensa porque los trabajadores y sus sindicatos deben compensar la pérdida de derechos legales infligida por la Reforma Laboral del 2012 con más lucha y una mayor movilización. Este es uno de los efectos colaterales que se provocan cuando se cierran las vías de negociación y participación sindical– como la del artículo 51 del antiguo Estatuto de los Trabajadores; se provoca la radicalización de los conflictos laborales.
Ya se divisa que el terreno de juego del conflicto va a ser múltiple, en el frente sindical, político y judicial. También en el mediático, donde ya ha comenzado una ofensiva de la alianza automovilística para convencernos de que su decisión es irreversible. Ello con la colaboración, voluntaria o involuntaria, de algunos profesionales de la comunicación que están generando estado de opinión al dar por definitivo el cierre.
Es un error creer que el futuro de Nissan ya está escrito, porque a pesar de que la alianza automovilística cuenta con un entorno legal favorable, los trabajadores y sus sindicatos cuentan con importantes bazas, en la movilización y en el terreno jurídico. También con la autoridad moral que da tener propuestas industriales que son viables, que interesan a la sociedad y pueden ser la base de acuerdos de continuidad de la alianza en Catalunya.
Ya han comenzado las voces que descalifican a los sindicatos, defendiendo el derecho de las empresas a reorientar sus inversiones. No faltaba más, pero la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi debería saber que hay cosas que no se pueden hacer sin asumir elevados riesgos.
La Alianza no puede tomar decisiones estratégicas de reestructuración, de reparto mundial de sus plantas de fabricación y sus modelos, y luego eludir su responsabilidad empresarial en la negociación, camuflándose detrás de una de sus marcas, Nissan.
La Alianza no puede responder solo a los intereses de sus accionistas, obviando a las otras partes que durante años han contribuido a generar jugosos dividendos. Está muy bien la modernidad del discurso empresarial de atender los intereses de los "stakeholders" (trabajadores, proveedores, clientes, comunidades locales) pero estaría mucho mejor si se aplicara alguna vez. De momento suena mucho a la música celestial de la "reforma del capitalismo" de Sarkozy.
La Alianza debería saber que la desaparición de la autorización administrativa previa de los EREs no significa que puedan hacer lo que quieran. Debería saber que los procedimientos de consulta y participación de los representantes sindicales, previstos en la Directiva 98/59 de la UE, no son meros trámites de comunicación y ejecución de una decisión ya adoptada, como pretenden.
Estoy convencido de que la Alianza y sus asesores saben los riesgos que corren intentando aplicar de manera urgente y sin tiempo a la negociación. Y espero que su estrategia no esté basada en el guión de la recomendable serie francesa Recursos inhumanos.
Los próximos meses van a estar marcados, con el permiso del coronavirus, por el conflicto de Nissan. Obviamente, los principales interesados son las personas que trabajan en sus factorías y los de las empresas de componentes que se verían directamente afectadas, pero este es un conflicto que nos emplaza a toda la sociedad.
Las personas que trabajan en Nissan están acostumbradas a librar duras y largas batallas, pero este no es solo su conflicto porque puede tener importantes impactos en términos económicos y sociales. Es obligación de todos nosotros no dejarlas solas en un conflicto que nos concierne a toda la sociedad.

https://www.eldiario.es/zonacritica/Nissan-partido_6_1043305677.html

jueves, 11 de junio de 2020

EL (NO)MODELO DE GESTIÓN DEL INGRESO MÍNIMO VITAL

Os deixo l'article que m'ha publicat eldiario.es sobre el repte de la gestió de l'Ingrés Mínim Vital. 

Per garantir que el nou dret reconegut a les persones en situació de necessitat arribi de manera eficient a les persones el model de gestió ha de primar els interessos de les persones, no les cuites entre estructures polítiques 

https://www.eldiario.es/zonacritica/modelo-gestion-ingreso-minimo-vital_6_1035956403.html

sábado, 30 de mayo de 2020

LOS TRIUNFÓCRATAS DE LA "PAGUITA"

Aquí os dejo mi articulo sobre la casta global de los triunfócratas. Aunque algunos ya lo habréis supuesto es un homenaje a todos los "perdedores" que han formado parte de mi vida y de los que tanto he aprendido. 

https://www.eldiario.es/zonacritica/triunfocratas-paguita_6_1032456771.html
Hay muchas cosas en esta crisis del coronavirus que la hacen distinta a la gran recesión del 2011, entre ellas la diferente orientación de las políticas del Gobierno español. Algunas diferencias tienen que ver con la propia naturaleza de la crisis, otras propiciadas por la diferente lectura que se está haciendo en la Unión Europea del papel de los estados. Pero hay factores que solo pueden imputarse en el haber del Gobierno del PSOE y Unidas Podemos y la orientación de sus políticas. Algunas comprometidas antes del coronavirus, como el aumento del salario mínimo interprofesional y la creación del ingreso mínimo vital como una prestación estructural del sistema de protección social.
El esfuerzo fiscal que se está realizando para minimizar el impacto económico y social que provoca el coma inducido al que se ha llevado al país no tiene precedentes, en términos cuantitativos y cualitativos.
Pero no es solo la dimensión del esfuerzo económico de las arcas públicas, que requerirá del compromiso de la Unión Europea, el factor diferencial, es sobre todo de orientación política. El Estado se ha convertido en asegurador de último recurso de los ingresos de personas, familias y empresas, con medidas como los ERTEs o las prestaciones de desempleo y de cese de actividad de los autónomos, que están salvando muchos empleos. Se está protegiendo a colectivos que hasta esta crisis solían ser olvidados por las políticas públicas, como las empleadas del hogar y los autónomos.
También es muy significativo el cambio en la orientación de las políticas de protección social, con el que se ha afrontado esta crisis, que adoptan un componente estructural. Frente a una concepción meramente contributiva por la que se garantizan rentas solo a quienes cotizan previamente, se ha transitado a una lógica en la que se protegen las necesidades de personas y familias, con independencia de su aportación previa.
Así, han accedido a prestaciones de desempleo personas que en condiciones normales no hubieran recibido ninguna prestación por no haber cotizado suficiente u otras que están fuera del ámbito de protección del desempleo contributivo.
Sin duda la más novedosa de estas medidas es la creación de un ingreso mínimo vital de carácter estructural que pretende combatir la pobreza extrema de algunas familias y que puede ser un instrumento, positivo aunque parcial, en la batalla para reducir la pobreza infantil. Y que, en contra de los que dicen sus detractores no solo no pierde de vista el objetivo de inclusión laboral y social sino que los potencia con medidas concretas.
Los índices de pobreza, pobreza extrema y pobreza infantil en España son escalofriantes. Se trata de una realidad estructural generada por un modelo socio-económico insostenible, agravada por el impacto de la devaluación salarial y precariedad impuestos por las políticas del Gobierno Rajoy y sus socios nacionalistas catalanes durante la recesión del 2011. Y que ahora la crisis del coronavirus ha hecho aún más insoportable en términos sociales e humanitarios.
Se trata de una medida que lleva 30 años entrando y saliendo de la agenda social y política de España, desde principios de los años 90 del siglo pasado cuando CCOO y UGT la situaron en forma de rentas mínimas de inserción – aunque no son exactamente lo mismo que el IMV- en las negociaciones posteriores a la huelga del 14 de diciembre de 1988.
La dificultades de encaje competencial –que se mantienen en el ingreso mínimo vital- el coste económico de su implantación y resistencias ideológicas, entre las que destacaba el supuesto y falso desincentivo al trabajo provocaron que no viera la luz, a diferencia de la exitosa implantación de las pensiones no contributivas, fruto también de aquel proceso de concertación social.
El resultado de aquella inacción del Gobierno del Estado, fue la proliferación de todo tipo de programas vinculados a la idea de una Renta Mínima de Inserción, comenzando por Euskadi y Catalunya, que hoy se han generalizado con un gran desbarajuste en todas las CCAA.
Hablo de desbarajuste y no desigualdad, a pesar de que el diferente nivel protector entre CCAA es muy importante. La desigualdad de los ingresos en España, como en todos los países, es sobre todo de clase y no territorial y la autonomía comporta necesariamente diversidad porque autonomía sin diversidad es un oxímoron.
El desbarajuste proviene de la falta de un criterio compartido sobre la naturaleza de la prestación, los objetivos que se pretende conseguir con este tipo de prestaciones y las diferentes condicionalidades para acceder a ellas.
El simple anuncio de que el Gobierno tenía previsto crear un ingreso mínimo vital ya generó rechazos en algunos sectores de la sociedad, que ahora se han hecho más intensos. En unos casos se trata de razones que van avaladas de argumentos que, como todos, son discutibles.
En otros casos el rechazo al IMV se expresa con un tufillo de aporofobia y odio de clase, el que últimamente ha salido del armario para asaltar las calles, muy evidente. Se refieren a esta prestación como la "paguita" con la que pretenden ridiculizar esta medida, criticar al Gobierno y, sobre todo, estigmatizar a sus perceptores.
Este odio de clase, cada vez más evidente en la extrema derecha y la derecha extrema española, forma parte de una tendencia mundial impulsada por una casta global, la de los triunfócratas. Esos personajes, desde la torre de marfil de sus privilegios, se consideran triunfadores –hasta que se topan con algún disgusto- y desprecian profundamente a los que consideran perdedores, a los que hacen culpables de su precaria situación, en una clara reminiscencia judeo-cristiana.
Los triunfócratas no son solo psicópatas sociales a los que la sociedad no considera como tales porque esa denominación se reserva solo a los perdedores. Detrás de sus posicionamientos hay una ideología muy potente, la falsa meritocracia, que ha sido y continúa siendo uno de los pilares del hipercapitalismo propietarista que tan bien describe Thomas Piketty en su "Capital e ideología".
Son los mismos triunfócratas que ahora, cuan "marranos" conversos, le exigen al Estado una mayor intervención en la salvación de sus negocios, cuando una de sus divisas ha sido siempre el Estado mínimo y sobre todo sin injerencias reguladoras o fiscalizadoras del mercado. Por eso deberíamos llamarlos ultra-intervencionistas de clase –no sé como caímos en la trampa de llamarles neoliberales cuando de liberales no tienen nada.
En esa falsa meritocracia, los ganadores lo son por sus méritos y los perdedores por sus pocos méritos o desméritos. La meritocracia es un de los pilares que sustenta este insoportable régimen de desigualdad social que no para de aumentar en términos de renta, patrimonio pobreza y exclusión social.
Los argumentos que se utilizan contra el ingreso mínimo vital, "la paguita", son los mismos con los que combaten el impuesto de sucesiones, al que califican de "impuesto a la muerte". Son los mismos argumentos triunfócratas con los que se promueve la segregación escolar en el sistema educativo, para que los perdedores de la sociedad – por razones económicas, étnicas o muchas otras como enfermedades mentales o trastornos de personalidad- no molesten a los vencedores de la vida en su camino hacia el éxito social.
Hoy tenemos un doble motivo para estar contentos con el ingreso mínimo vital aprobado por el Gobierno de coalición: va a beneficiar a centenares de miles de familias, situadas en la pobreza extrema, a los que se garantiza como derecho unos ingresos mínimos que les permita mantener su dignidad como personas. Y además se ha infligido una derrota ideológica a los triunfócratas de la "paguita".
Tal como han ido las cosas, la verdad es que la semana no acaba mal. Por una vez las nueces de los derechos de ciudadanía ha terminado eclipsando el mucho ruido de los tricornios.

Los comentarios de nuestros socios

  • 1 DONGUIDOLos triunfópatas de los que habla Coscu son los insolidarios defensores del sistema capitalista ...
  • 2 MolliQué artículo tan bien escrito, muchas gracias. 
  • 3 juanpasoneYo mandaría a estos insultones, insolidarios y faltones a vivir durante un año con esa "paguita"
  • 4 morales1312Estimado compañero: Nada que objetar a tu magnífico comentario. Solamente una cosa : los ...
  • 5 fb_548819701941921Yo ya solo pido (porque lo que se ha legislado me parece importante), que se agilicen los ...
  • 6 EvaJosefinaPor favor, Escolar, pon a Don Guido en plantilla (si no lo tenéis ya).
  • 7 ArteroNo creo que don Guido aceptase,si mal no recuerdo,piensa no continuar como socio aunque no ...
  • 8 ArteroESTAMOS COMO ESTAMOS Hay cosas de un cercano pasado que a muchos no les había gustado. Tiempos ...
  • 9 VirutaaHaría bien el Gobierno en publicitar en la tele pública sus medidas y explicar a la ciudadanía ...
  • 10 VirutaaLa rebusca es el derecho a recoger el fruto que queda en los campos, después de alzadas las ...
  • 11 Menwick68Gracias por este excelente articulo.....a ver si te animas y nos deleitas con uno a la semana !!
  • 12 AlfonsoJVazquez¿Por qué se disimula la realidad con eufemismos que sólo benefician a los autores del delito. En ...
  • 13 JanleEspe, porfa, dame una paguita. Santi mira que te pones pesao, toma y calla En 2010 Esperanza ...
  • 14 rapid43Dongindo. Me ha gustado la frase final. "Somos un pais de comunistas que vota a la derecha". Muy ...
  • 15 saveriusEsto de la paguita es un invento muy antiguo. Cuando el Imperio Romano empezó a expandirse, las ...
  • 16 Liz_12Habría que ver cuál es el origen de la situación privilegiada de muchos que menosprecian ayudas ...
  • 17 DONGUIDO¡Como que no! Yo estaría encantado, como ya lo manifesté cuando decidí darme de baja. Que será ...
  • 18 jmonjebaComo dicen en otros comentarios de algunos artículos: con mis impuestos SI.
  • 19 DONGUIDOCreo que no son mis méritos, porque, sinceramente, cuando repaso algunos de mis comentarios ...
  • 20 isabelhnAlgún día tendré la paciencia de poner por escrito el modelo mental que veo detrás de estos ...
  • 21 DONGUIDOLe importa que nombre otra, especialmente porque ha sido objeto de una preciosa canción de ...
  • 22 rufinoteruelÓle, óle y óle.... Mi inmensa alegría por la medida.
  • 23 G9r8o7Hay quien sabe valorar lo positivo, aún en tiempo de crisis, de un Gobierno progresista. Esto da ...
  • 24 PaubcnMe extrañaba que es este payaso no atacara los independentistas catalanes, no fue CiU la que ...
  • 25 QuetepareceLos que hablan de la "Paguita" , hacen desde siempre ese mismo discurso. Que lo malgastan, que ...

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25 Comentarios

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DONGUIDO
Los triunfópatas de los que habla Coscu son los insolidarios defensores del sistema capitalista cuando en su bolsillo recalan los beneficios, pero que son más comunistas que nadie cuando les vienen mal dadas y se lanzan como lobos hambrientos a pegar bocados al presupuesto del Estado. A veces ni siquiera necesitan que les vengan mal, simplemente chantajean al país al que dicen querer beneficiar, llevando allí sus empresas para aprovechar los bajos salarios, exigiendo suculentas subvenciones y laxo tratamiento fiscal. Y cuando los trabajadores aprenden y piden parte de las plusvalías de su trabajo y las inyecciones de capital hechas a costa de sus impuestos, los triunfópatas se van con la música a otra parte. O sea donde haya una clase obrera menos reivindicativa.
Pero también tenemos otro tipo de triunfópatas, partidarios de la iniciativa privada sí, pero ellos se aseguran empleos, que son sinecuras, trabajando (es un decir) teniendo como patrón a la administración. La política está llena de funcionarios.
Entre estos, muchos economistas neoliberales, aunque algunos sean de la esfera del PSOE, profesores y catedráticos, que se dedican a dar consejos en los medios de comunicación, en lugar de comprar acciones. Que es lo que harían si de verdad supieran de economía. Se creen con muchos méritos, pero si los dejaras solos en el campo se morirían de hambre y con hiperinflacción de nutrientes, o tendrían que recurrir a uno de esos "fracasados" que solo valen para sobrevivir a duras penas con su duro trabajo de agricultor. Y para más INRI puede que ese agricultor sea uno de esos temporeros que saquean las arcas del Estado, viviendo a cuerpo de rey en las barras de los bares de Andalucía y Extremadura, gracias a las mamandurrias del PER.
En fin, como he dicho muchas veces, que somos un país de comunistas que votan a la derecha. 
Molli
Qué artículo tan bien escrito, muchas gracias. 
juanpasone
Yo mandaría a estos insultones, insolidarios y faltones a vivir durante un año con esa "paguita"
AlfonsoJVazquez
¿Por qué se disimula la realidad con eufemismos que sólo benefician a los autores del delito.
En España no hay "pobreza extrema" hay "miseria atroz".
Es el fruto de los gobiernos que han bajado los impuestos que la hubieran impedido
Es el fruto de los gobiernos que han reducido la atención a los dependientes sin recursos
Es el fruto de los gobiernos que han hecho una reforma laboral han arruinado los salarios
Es el fruto de los gobiernos que se han dedicado a la corrupción y saqueo de los PGE
Es el fruto de los gobiernos que han logrado dejar a la sanidad inerme ante la pandemia
Es el fruto de los gobiernos que pretenden ser reelegidos para terminar con su destrozo.
Virutaa
La rebusca es el derecho a recoger el fruto que queda en los campos, después de alzadas las cosechas y ya en la Biblia se habla de el. Suele darse, entre otras producciones, en vides y olivos. Hace unos años hubo gran polémica sobre si era un derecho o una prerrogativa de los propietarios. La razón de fondo era que los jornaleros podían obtener un cierto beneficio en la rebusca y no se sometían a los salarios que fijaban los propietarios. Con la “paguita”, así se le llama en Andalucía por lo menos, los más desfavorecidos pueden ser mínimamente dueños de su hambre y, claro, esto no interesa a los que tienen que contratarles y les quieren sometidos. El hambre es la cadena mas fuerte.
morales1312
Estimado compañero: Nada que objetar a tu magnífico comentario. Solamente una cosa : los "economistas" no invierten en acciones, por que no son tontos y no creen en el mercado que sacralizan.
Janle
Espe, porfa, dame una paguita. Santi mira que te pones pesao, toma y calla
En 2010 Esperanza Aguirre nombró a Santiago Abascal director de la Agencia de Protección de Datos de la Comunidad de Madrid. Nada más llegar al cargo, el sueldo que se le asignó fue de casi 90 mil euros y una productividad de más de 12 mil. Sin embargo, en junio, la Comunidad de Madrid redujo el salario de ese puesto y se le asignó uno de 93.855 euros (82.491,84 euros de sueldo base y una productividad de 11.363,16).
Creo que se parecen a los de la foto
fb_548819701941921
Yo ya solo pido (porque lo que se ha legislado me parece importante), que se agilicen los trámites para que los que estén pasándolo mal, reciban su "paguita" lo antes posible. Y otra cosa, parece que desde Europa hemos recibido un dinero. Lo mínimo es que este se administre ahora bien, y "no se pierda nada por el camino" + no dar un espectáculo más que vayamos a lamentar. Digo yo vamos.
EvaJosefina
Por favor, Escolar, pon a Don Guido en plantilla (si no lo tenéis ya).
Virutaa
Haría bien el Gobierno en publicitar en la tele pública sus medidas y explicar a la ciudadanía lo que están haciendo. Y porque Ppvox se oponen.
Liz_12
Habría que ver cuál es el origen de la situación privilegiada de muchos que menosprecian ayudas sociales como ésta. Seguramente a más de uno/a le ha venido dado como pan bajo el brazo, y no siempre con causas limpias de sus antecesores. Muy buen artículo. 
DONGUIDO
¡Como que no! Yo estaría encantado, como ya lo manifesté cuando decidí darme de baja. Que será cuando cumpla mi suscripción, en octubre, o el día tenga que poner mi nombre y apellidos al comentario. Si tengo que firmar alguno será en la hoja parroquial de mi pueblo, que no tiene fines lucrativos y a lo mejor me reconcilia con Dios. Porque, aunque soy ateo por su gracia y ya se que no, pero...¡Y si sí!
Y no es que me preocupe que se conozca mi identidad, es que soy muy pudoroso y me ruboriza que me exhiban y más sin mu consentimiento. Y la prueba de que no es cobardía es que, cuando ese día llegue, yo mismo daré mi nombre y apellidos y hasta dejaré un enlace con el plano de mi domicilio por si alguno de los amigos que aquí dejo, algún día, pasa por el lugar y se acerca a visitarme. Le aseguro que tendrá la mejor de las bienvenidas.
Por eso y porque vean cuantas veces he dicho ser un privilegiado, tanto que llegaba a sentirme incómodo pensando en la gente recluida en un piso, en el que estoy pasando el confinamiento en pleno contacto con la naturaleza.
Un cariñoso saludo y ya sabe, yo las invitaciones las mantengo. Y hasta le puedo llevar, si es jueves, al semanal rezo del angelus en la cuchipanda. Que otra cosa no tendremos, pero "ermitas" no nos faltan.
DONGUIDO
Creo que no son mis méritos, porque, sinceramente, cuando repaso algunos de mis comentarios desearía que me tragara la tierra. Sin ir más lejos, no hace tanto me automoderé uno, porque errores materiales aparte, que salen a tropel, su redacción me horrorizó. Y es que, aunque siempre me hago el propósito de releer antes de enviar, me ocurre lo mismo que con los del final de las navidades.
Como he dicho, no son mis méritos, sino los ojos con los que usted me lee. De todas formas, muchas gracias.
Artero
No creo que don Guido aceptase,si mal no recuerdo,piensa no continuar como socio aunque no comparto las razones que da,respeto su decisión,si su salida se produce
Artero
ESTAMOS COMO ESTAMOS
Hay cosas de un cercano pasado
que a muchos no les había gustado.
Tiempos que en ruedas de prensa
había bulos hechos con “conciencia” 
el taparlos ahora parece una ciencia.
Los que lo contaban no salen ahora
lástima que ya sea no buena la hora.
¿ Ellos mostrarían la misma sagacidad
o ha mermado mucho su capacidad ?
Lo cierto es que reciben otras ordenes,
incluso, hasta en públicos desordenes
Hay que ver como cambió la situación,
ahora, es muy diferente la alineación.
Ahora los bulos tiene hasta pasaporte
de su identidad conocemos el soporte.
Que mal sienta estar fuera de juego,
por eso, se atreven a jugar con fuego.
Los pirómanos se creen ser bomberos,
el fuego nunca se apagó con “sombreros”
y aún menos con los que tienen tres picos
saverius
Esto de la paguita es un invento muy antiguo. Cuando el Imperio Romano empezó a expandirse, las diferentes conquistas territoriales surtieron a Roma de miles, millones de esclavos, que fueron empleados como mano de obra. Desplazaron a los obreros libres, cuyas posibilidades de ocupación se hicieron casi inexistentes. Para combatir esa bomba social, a partir de Augusto se puso en marcha reparto gratuito de trigo, las annonae. Con ello, la plebe se garantizaba el alimento, completando el resto de su economía con mil chanchullos. 
Mucho se ha hablado de los gladiadores, pero la gran pasión de los romanos eran las carreras. Y no era sólo pasión. Las apuestas movían una montruosa cantidad de dinero. Eran, de hecho, la base de la economía de las clases modestas, expulsadas del mercado laboral. El panem et circenses no era sólo entretenimiento: eran medidas económicas.
Paguita y chanchullos. Así sobrevivió el Imperio Romano cuatrocientos años más. Y desapareció la violencia social. Las únicas violencias fueron políticas (poner y quitar emperadores) y religiosas. Pero eso es otra historia...
jmonjeba
Como dicen en otros comentarios de algunos artículos: con mis impuestos SI.
isabelhn
Algún día tendré la paciencia de poner por escrito el modelo mental que veo detrás de estos comportamientos que se repiten en la historia. Esos comportamientos egocéntricos y finalmente miserables y mentirosos. 
Parece que una condena del homo sapiens es su capacidad de anticiparse, de imaginar el futuro y la otra no darse cuenta del origen de sus figuraciones. Para mí, el temor a morir y el impulso que nos empuja a sobrevivir por encima de todo es el primer paso en ese sálvese quien pueda. Pero la ignorancia de este fenómeno nos lleva a repetirlo una y otra vez y a creer que las cosas tienen que ser necesariamente así. 
Estoy convencida de que esa ignorancia se puede cambiar. Se debe cambiar desde la educación infantil hasta que nos marchemos de este mundo. El temor a morir o a perder lo que hemos acumulado para darnos seguridad nos hace miserables, capaces de tergiversar los relatos y decirnos muchas mentiras que nos justifiquen ante nosotros mismos y ante los demás. 
No quiero sentirme enojada – me resulta muy fácil – por este fenómeno de las mentiras sociales, prefiero hacer todo lo que pueda por empujar en la dirección de una educación igual para todos, educar en la generosidad, en la cooperación, en la creatividad y el desarrollo del bien común. Erradicar la ignorancia sobre las mentiras, las creencias y justificaciones que creamos para mitigar el mal sabor de boca que queda en el fondo a cualquier persona que hace a sabiendas el mal otro. 
Un saludo a todos los que han escrito aquí. Me gusta leerlos y saber que están.
DONGUIDO
Le importa que nombre otra, especialmente porque ha sido objeto de una preciosa canción de nuestra nunca bien ponderada Zarzuela:
“La espigadora con su esportilla,// parece la sombra de la cuadrilla.// Va espigando tras los segadores,// lo mismo sudores del hombre que siega y que trilla.// La espigadora con su esportilla,// por los caminos de los restrojos// como tú tienes tan buenos ojos.// Y ay yayayay,// no rebañes los campos de miel,// que detrás de la hoces fui yo,//todo el día al aire y al sol.”
https://www.youtube.com/watch?time_continue=1&v=K4NUx9MCuT4&feature=emb_logo
rapid43
Dongindo. Me ha gustado la frase final. "Somos un pais de comunistas que vota a la derecha". Muy bien. Saludos.

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